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30 de noviembre de 2011

si existe las tristezas...

Para que?

Para que soñar... algo que nunca se hará realidad
porque existirán las lagrimas?
acaso ya no hay suficiente agua con el mar?
lejos de alcanzar el cielo,
que "es a felicidad"...
si ni siquiera podemos volar...
si que existen las tristezas, existen en cada lugar.

Karen
2008

Cuento de hadas?

No es mas que un adiós plasmado en letras... y un te amo desde mi corazón, si este es ya el final de mi cuento  de hadas... Te digo adiós mi príncipe y que ojala vivas por siempre feliz.

Carta a ti...

Un vació que pesa...

Tengo la culpa de dejarte ir
siento la culpa que ya no estés aquí
por dentro llora mi cuerpo,
extraña tus entrañas...
y me deja morir.

Tengo la culpa, y el silencio me aguanta
siento la culpa, pero no quiero que sepan que estuviste aquí
te veo como yo, te veo como todos,
como saber quien fuiste?
si ya no estas aquí.
como deje que te fueras?
como no dejaron que me fuera?
como la culpa me pesa? si siento
un vació dentro de mi.

2006

escritos viejos...

INEXPLICABLE 

Sola como un grano de arena
ardiente como el hielo
tan fría como el fuego
no entiendo mi sufrimiento
solo expreso lo que siento...

Amándote en silencio
gritándote en mi corazón
no entiendo mi dolor
solo siento que tan fuerte es mi amor...

Ahogada como los peces
volando sin alas
reunida con mi soledad
no9 entiendo mi miedo
solo quiero la tranquilidad

Karen Eraso
2005

Una vez mas...


Amarte

Estoy triste.. y me veo llorar...
mis ojos te miran ya en la oscuridad
no se si te fuiste o regresaras por mi...
si solo es un sueño el que estés aquí. 

Te digo te amo y ya muy tarde es,
te siento al oído y te escucho reír,
solo son recuerdos "felices" que viví
porque ahora me ahogo sin respirar...
pues mi aire fue tuyo y siempre lo sera
son mis cinco sentidos que te aman y te amaran...

2 de noviembre de 2011

cuando hablo de mi...


SEGUIRÉ

Tengo en mi cabeza millones de preguntas sobre la existencia...
Esa que habla de la vida, de la esencia… del alma que habita en mí ser...
Yo me pregunto qué sería del mundo sin la esperanza de encontrar una solución, sin la dicha de una reconciliación,
Sin esa felicidad que reposaba en la tristeza y que ya floreció...
La vida no es perfecta pero se vuelve esplendida si la sabemos vivir...
Seguiré preguntándome, seguiré viviendo, seguiré siendo yo al final de todo.

Más joven es el que envejece...


EL VIEJO QUE NO QUERÍA SER VIEJO




Era un hombre viejo, dijo la vecina; tan viejo que las tortugas de más años eran jóvenes para él; creo que el barrio completo pensaba lo mismo y al verlo simplemente lo convertían en rumores y todo el mundo lo apuntaba a él. 
Ricardo y José siempre se burlaban de lo que hacía o dejaba de hacer, de su hablado que por ejemplo “chuy” significaba doler, y su cantadito los hacía enloquecer.
Tan solo vivía, que su soledad lo acompañaba, aunque a veces lloraba tenía que vivir. Pasaron los días y como siempre en las mañanas, recogía su periódico y les hablaba a sus amigas las flores del jardín. En la tarde se sentaba junto a su árbol que le daba sombra y veía como pasaban las horas en su día tan gris.
Rolando se llamaba este hombrecito que jugó solito por su largo vivir. Y sentado junto a su árbol en su silla mecedora se quedo dormido soñando con lo que ha de venir.
Antes de llegar a viejo sabia que la gente lo adoraba y admiraba su profundo sentido de compartir; su más grande secreto que lo llevaba solo a la felicidad con todo lo que ha de venir. ¿Pero cómo cambio ese pensamiento de la gente? ¿Pero cómo se lleno de chismes su mente? ¿Por qué tan solo sus palabras terminan en risa y es normalmente un chiste incoherente?
A veces se preocupaba este viejito por su edad, que cuando preguntaban sus años, el loco se hacía y les dejaba de hablar. O más bien a veces cuando ya no había más que hacer, decía que tan solo tenía la mitad.
Tan mal Rolando se sentía que ya ni cantar en la ducha podía… solo al verse al espejo una lagrima derramaba pensando en los rumores de la gente que escuchaba cuando caminaba…
Nadie le brindaba su apoyo y un amigo este necesitaba, pero la gente que lo “quería” era cuando él trabajaba, para pedir favores en montones llegaban, pero al verlo solo y triste estos se alejaban. 
Los años pasaban, las horas se difuminaban y los días no dejaban de contar la edad. 80 años, 4 meses, 20 horas, un minuto y milésimas de segundos. Era su edad.
Tan profundo se quedo que soñando recordó. Como había sido su vida antes de llegar a tan solo sentarse en su silla, y convertirse en su pesadilla de un pobre viejo sin nadita que hacer.

Pero eh aquí su historia que empieza desde su tan bonito nacer. “La Cruz” se llama el pueblo el que oyó su primer temer. Lo miro correr o más sencillo lo vio crecer. Desde pequeño hablar era su fuerte que cuando tenía 12 una emisora lo ha de entender. Feliz de la vida dio su primer paso a lo que en su carrera se ha de volver.
Sus padres lo ignoraban y sus hermanos se burlaban, cuando lo oían hablar no creían que este niño se volvería en un ser que a la gente haría estremecer cuando lo escuchaban y su voz los acompañaba cada día al amanecer.
Y así sus historias se convirtieron en solo la radio, que ya de grande no dejaba de sonreír porque su sueño se había cumplido.
Ahora, si me pongo a narrar de los amores que le llegarían a su vida jamás terminaría de escribir y tu de leer. Pues Rolando me contaba cada día una historia más de vida, que siempre terminaba con una niña enamorada de él.
Pero bueno; el creció mas, y estudiar era lo que ahora tenía que hacer. Viajó por "el mundo" aunque lo digo en comillas porque es mentiras. Solo fueron como 500 kilómetros los que ha de recorrer. Cali se volvio la ciudad de su estudio y Dagua otro pueblo que lo escucharía en una estación al anochecer, emisora de ese entonces que confió en su habilidad y que famoso lo ha de volver.
Regreso a la capital del departamento que lo vio nacer. Y desde aquel entonces trabaja en la cadena radial más importante del país como la abeja que busco la miel.
Cuando escuchaba sus historias parecía tan vivido que no paraba de pensar como este hombre llego a ser tan conocido como el mejor que la historia a de tener. 

- Me resbala lo que piense la gente, dijo Rolando. Más bien estoy seguro que soy feliz, con lo que tengo, con lo que hice, con lo que hago y con las oportunidades que me da la vida y me hacen querer más a mi ser. 

Esto pensaba el viejito antes de envejecer, pero ahora sus deseos no eran los mismos de ayer:

- Si apareciera una lámpara de Aladino en mi vida, que un deseo me ha de conceder, con seguridad pediría que viejo no quisiera ser; que solo no estuviera y que la gente me quisiera así como la juventud quimera.

Pero un hada se apareció, que de sorpresa le cayó su deseo le cumplió y entonces este cuento termino.

- Así es; viejo dejaras de ser, pero tan solo por fuera esta el envejecer, solo quiero hacerte entender que no importa lo que piense la gente llegar a ser viejo es saber crecer, saber ser consciente que los años pasan pero nunca dejaras de ser esa persona humilde y con tanta alegría así que escucha muy bien mi querer: Se queja el ser humano si envejece, suspira ante el espejo resignado, que cruel ante sus ojos le ha mostrado y en sueños de recuerdos hoy se mece. El paso de los años enriquece, sus canas son la firma del pasado, reflejo de vivencias han marcado y anclado a su memoria permanece. Mas no debemos nunca arrepentirnos, que todo en nuestra vida son lecciones, de aquello que vivimos fiel reflejo. Nacemos a sabiendas de morirnos, por lo tanto, abandona compasiones, peor es para aquel que nunca envejece.

- Que mas puedo decirte "viejo" amigo más joven es el que envejece por que entiende a perfección la vida y ha pasado por tantas cosas diferentes que más maduro este se vuelve.

- Más bien me despido "hombre de canas" que muy pronto tendré yo porque es ley de la naturaleza crecer para al final envejecer. Y si marchitan las flores no es por que dejen de ser bellas si no que así la vida a de ser.


Y colorín colorado este cuento se acabado 
Y este es el fin de un buen comienzo estamos jóvenes así que a disfrutar la vida.

Una vez más...


SECRETO
Viviendo en el paraíso de la felicidad
con miles de colores que iluminan mi alegría,
pasan uno, dos, tres días.. y esa sonrisa absurda continua en mi ser...
Se agotan mis ganas de seguir fingiendo,
y esta vez la tristeza llega a inundar mi tranquilidad
esa que hace mucho no la sentía, es verdad que lo bueno dura poco
y que tan poco diría yo... cuando el alma...
que dice ser la esencia de tu cuerpo, cae en lo mas recóndito de tu vida... 
siendo este el secreto que jamas revelaras. 

Karen   Eraso 
12  marz  2010

1 de noviembre de 2011

y que?

 Entender la locura es sentirte parte de ella... Entender la cordura es seguir loco!

Historia...

EL PUEBLO SIN VOZ 

Era una casa muy grande, para tan solo  dos habitantes de ese hogar,  tifany y su madre llevaban tiempo viviendo allí. Alice dos años sin salir de esa casa, Había perdido su empleo de enfermera en el hospital central. Hospital que había sido quemado, y quien sabe por qué. Desde ese entonces Alice poco habla, de hecho todos los que pertenecieron a ese lugar, doctores, enfermeros, pacientes, visitantes y demás personal que había estado ahí, ese cinco de abril del noventa y dos. Todos tomaron un extraño comportamiento. Y una vez más quien sabe por qué.  tifany en cambio, iba a la escuela pública, y en las tardes trabajaba como mesera de o’ campus un restaurante, más bien el único restaurante del pueblo, por cierto no muy lejos de su casa.  Era poco lo que ganaba en sí, pero bastaba para comer en el día.
-Hace dos años-recuerda Morgan  (habitante de ese pueblo, vecino y amigo imborrable para la familia hessel, tifany hessel y Alice hessel): no me hallaba tan confundido. Se escucho una explosión en el pueblo, pueblo pequeño claro, que de por sí, se conoce a la mayoría de los habitantes. Al dirigirme hacia el hospital central, un tumulto de gente ya se hallaba allí, algunos esperando por su familia que se encontraba dentro y otros solo por curiosidad. Yo por supuesto, pensando en la señora hessel. Se escuchaba murmullos e hipótesis de todas esas personas, unas decían que fue que se estallo el gas de la cocina que seguramente habrían dejado abierto; para otras personas un paciente desquiciado lo habría provocado. Entre esas suposiciones, escuche la voz de Alice, me llamaba a gritos, y fue esa la última vez que la escuche gritar. Apresurado fui hacia ella. La sostuve con mis brazos, donde sutilmente se dejo caer. Estaba asfixiada por el humo.
Declaraciones como esta, ya se habían escuchado por los pobladores, pero ninguno con una teoría exacta de lo que había acabado de ocurrir aquel sábado cinco de abril.             
Tifany era una joven rebelde, la falta de autoridad o la "libertad" que había conseguido durante su vida... Hacían ver en ella una rara actitud y desosiego ante la misma. Aunque a pesar de las piedras que se le habían cruzado en el camino, era más bien 'madura' para su edad. El hecho de que trabaje después de la escuela, que tenga la responsabilidad de llevar alimento para subsistir, organizar la casa de vez en cuando, y cuidar de su madre 'enferma'. Eran situaciones que no todas las jovencitas de su edad hacían. Pero algo le incomodaba a tifany, ese 'algo' no la tenía satisfecha con su vida, y no era su "estabilidad" económica, tampoco ver a su madre en ese estado. Era un estado donde su inconformismo con la actitud de las demás personas, le causaba alteraciones de ánimo. Quizá nunca se lo comento a nadie, por el mismo hecho de no creer, ni querer hablar con los demás.
 
Morgan habría dicho. Ese mismo día del interrogatorio que: "tifany era una chica difícil, que aunque sea linda por su físico, más bien fascinante para el ojo masculino. Nadie se atrevería a estar con una persona así, con mirada siempre como de odio". Pues sí, si enfrentabas un cara a cara con ella, podías sentir que te intimidaba su mirada, su frente fruncida y por supuesto su ignorancia hacia lo que le dijeses.
En fin, esos dos años que transcurrieron en ese pueblucho, con simples hipótesis, y sin ganas de averiguar que paso exactamente ese cinco de abril. Habían convertido a ese pueblo, en el pueblo de los extraños. Cualquier visitante, se encontraba con el rumor, mas nunca con la veracidad.

Existieron personajes que quisieron hacer la respectiva investigación, en el lugar de los hechos. Pero necesitaron de testigos, y absurdamente  ninguno quería hablar, y los habitantes que no estuvieron en el lugar, se guiaban de sospechas o suposiciones que hacían respecto al accidente. Como Morgan por ejemplo, dicha sospecha era que el hijo del señor Ferber, de tan solo 9 años, cuyas visitas eran habituales en ese hospital, ya que la señora de Ferber padecía de un absceso cerebral y había permanecido hospitalizada por varios meses. Pues la apreciación  de Morgan era que “el señor Ferber fumaba mucho, lo hacía a cada instante, y mandaba a su hijo por cigarrillos e incluso mandaba a él a botarlos en la basura, habiéndole enseñado antes como apagarlos. Quizá ese día, el pobre daniels habría olvidado apagarlo y al dejarlo caer en el cesto de basura toxica como de un hospital, habría causado el incendio.” Esas fueron las palabras de Morgan. Y sucesos parecidos ya habían sido escuchados.  Otro extraño caso de aquel cinco del cuarto mes del año noventa y dos, era que a pesar de que fue catalogado un incendio de extrema gravedad, el único incidente en las victimas era su insólita actitud. Ni un solo rasguño. Aparte de sus enfermedades para los pacientes claro. Ni una sola muerte. 


Albert Quijano, alcalde en ese entonces de el extraño pueblucho, afirma que aunque también le causaba intriga el accidente, decidió abandonar los interrogatorios, por no encontrar ni una sola respuesta o por lo menos una palabra que le explicase algo. Ya era habitual ver a hombres llegar a su despacho pidiendo permiso para hacer las respectivas investigaciones, pero a medida que pasaban los días, eran menos los curiosos e investigadores los que se interesaban en el caso. Caso que ya habían dado por perdido. “Al fin y al cabo no hubo muertos”. Expresó el alcalde Albert.  
Un cinco del cuarto mes del noventa y cuatro. Cerca de las cinco de la madrugada, como todos los días, Tifany estaba de pie, alistándose para ir a la escuela, preparando el desayuno para ella y su madre, ese preciso día, como se venía repitiendo cada año, tifany que acababa de cumplir los quince años exactamente una hora antes de levantarse. Hacia sus labores común y corriente, actuaba como lo habitual, mas siempre buscaba algún motivo para herir a su única acompañante en casa. Su madre.   
Sophie, era testigo de los extraños sucesos ya antes vistos solo por ella. Sophie era la encargada de dejar el periódico en cada casa del pueblo, recorría veinte kilómetros diarios antes de que aclareciera para que cuando despertasen los habitantes del pueblo, encontraran las noticias más importantes. Sus visitas eran puntuales en cada casa, era una joven extremadamente exagerada con el tiempo. “Ni un minuto más, ni un minuto menos” se lo repetía a quien le preguntase por su exactitud. Pues esa madrugada de lunes, ya contaba ella con observar  por la ventana que extraños sucesos ocurriesen dentro de aquella casa color blanco. La casa de las hessel. Sophie quien antes no había querido decir palabra alguna respecto al suceso, lo hizo para relatar lo que sus ojos asombrados vieron.
 – Era una extraña sensación. –Recordaba Sophie- jamás en la vida había visto tal acto, ni me lo hubiera podido imaginar, de entre las historias más terribles de la historia. Años atrás habría jurado que Tifany era una chica con problemas como todos nosotros los adolescentes. Y que sus insultos a su madre y sus  simulaciones de querer matarla habrían sido simplemente un sentimiento de rabia e histeria momentáneo, mejor dicho de cada día del mismo mes de cada año. Pero jamás reales. Ya la habría visto antes con un cuchillo en sus manos, con una almohada sobre la cabeza de la señora Alice y como de costumbre oírla gritarle insultos feos, insultos que nunca se le deben decir a una mamá.  Tal vez no lo entiendo o quizá ni las pocas personas que la conocen, logran comprender su actitud, su personalidad, su comportamiento… En ese preciso momento fue interrumpida por una voz, mi voz. Soy el señor Robert Hessel, investigador privado de toda el área de chicago, y jamás me rendí ante este caso, por la fatalidad de que se trataba de mi familia. Si. Mi antes esposa e hija. Personas a las que había ‘abandonado’ por mi trabajo, por mi labor como investigador, pues me tocaba más que viajar y viajar. Y de repente hacia ya unos seis años que no había vuelto a saber de ellas, pero un instinto paternal me hizo volver a ‘casa’. Y valla sorpresa la que me encontré hace un año. 
– ¿Cuando dices que cada cumpleaños, Tifany a tratado de matar a su madre, no has hecho memoria de que trato de hacerle o que ocurrió el cinco de abril del noventa y dos? Pregunte. Quería una respuesta concreta y al grano, no dudaba en escuchar quizá alguna suposición más que tenga que ver con el incendio. Lo excepcional   fue que…
– Ese día yo me encontraba en el hospital. Desde la noche anterior por vómitos y mareos. Añadió Sophie. “Me chocaba la idea de no poder dejar el periódico en cada casa como lo había hecho diario y puntual”.
– ¿y por qué tu actitud es diferente a los accidentados aquel día? Reproche.
 – oh no, yo habría salido un poco antes del incendio, sinceramente creo que lo que paso fue…
– basta estoy cansado de figuraciones de aquel día. Me altere, no era la respuesta que necesitaba, pero sospechaba también, que Tifany lo haya hecho. Si ninguna víctima de aquella parodia, quería dar declaraciones aun.
Mi única opción era llegar a tal casa blanca. Y hablar con Tifany. Tal vez con la primera que debí haber hablado. Lo hice un quince de abril del año noventa y cuatro. Pero lo que habría olvidado decir aquella Sophie era que Tifany y Alice ya habían muerto. Busque de nuevo a esta chica que habría dado con pistas.
– Lo extraño e insólito  de aquel cinco de abril del año noventa y cuatro, y no quiero interrupciones señor hessel. Expreso Sophie. Era que habría visto como Tifany le saco los ojos a su madre, sin ninguna refutación. Claro que la pelea duro bastante, pues parecía ser la señora Alice quiso hacer primero tal acto, de sacarle los ojos. Pero obviamente Tifany se le adelanto por completo e hizo lo que llaman, asesinar y después cometer un suicidio. Repito, cómo una hija puede ser capaz de hacer tal episodio. Y no habría podido hablar antes, señor hessel, si esa también es su pregunta, porque la mirada de tifany me dominaba para no poder abrir la boca. Pero esto se ha acabado, con la muerte de esa chica demonio.  
 – no hagas tal acusación niña. Amoneste. Pero en mi cabeza también retumbaba la idea de que mi hija no era normal.
Se hicieron los respectivos arreglos funerarios, bajo mi costo. Y los únicos asistentes fuimos el señor Morgan y yo.
Pero pocos días después de aquel fallecimiento, los habitantes tomaron un giro en torno a su actitud de silenciosos ermitaños. Habría, como dijo Sophie, abierto la boca, declarado haber visto al demonio de Tifany, quemar el hospital y con su aterradora mirada ordenar a cada personaje, hacer lo que a ella le gustase que hagan. Permanecer callados.
Hoy es treinta de noviembre  del noventa y cinco. Las declaraciones están dadas por cada víctima del aquel incendio. Y los investigadores, compañeros míos, ya han sido capaces de entrar al lugar de los hechos y acceder a cada pista, para llegar a la respuesta del ‘accidente’.
Aunque no encontremos pruebas físicas y contundentes, se ha declarado el hecho de que fue una aparición del demonio en carne de mi hija Tifany Hessel.  Los demonios nunca mueren, pero el cuerpo de Tifany ya habría estado cansado de permanecer con ese extraño ‘ser’. Quien sabe que pueda volver a ocurrir o a que familia o pueblucho le toque afrontar un suceso extraño como tal.
Con deseos de que nunca le pase… lo dejo
                                                         Aentamente: Robert Hessel. Año 95             
     
                                                                                                                                      Karen Eraso  
                                                                                                                                        5 Mayo 2011

LLUVIA

Cae la lluvia, cae en mi ventana
Cada gota inunda mi alma…
Aunque sienta frio mi ser, amo que llueva y moje mi cara
Pues de esa forma se confunden mis lágrimas con el agua…
Esa tristeza absurda que siento cuando te vas, cuando me visita la soledad en medio de la nada
Creo que más que la lluvia son solo recuerdos de esa fría y tormentosa vida que me dejas después de ti.
Esa precisa que guardo solo dentro de mí.

Karen Eraso
1 Nov 2011