...
En una gran ciudad caminaba sin sentido… todo se movía de prisa entre esos cubos
gigantes con ventanas, luces de todos los colores y calles interminables, con
sonidos de trafico. Era NY.
Recordaba que quería llegar a ese lugar, pero no me acordaba
de cómo lo hice. Hay estaba dando mis pasos a toda prisa… conociendo las
esquinas y la adrenalina de una nueva integrante en aquel sitio.
Cada vez más de prisa, todo era nuevo y extraño, todo era
real pero había algo de fantasía.
Cuando paro justo en el medio de mis miles de preguntas… se
agota la felicidad y vuelve esa niña del pasado. Grito, lloro y me remuerdo de
dolores pasados. Todo da vueltas en el mundo y en mi cabeza. Todos esos
pensamientos de la ignorancia de vivir.
Pero quiero escapar de ese ruido no discernimiento…
Hasta que llego a la más grande parcela de la esperanza…
camino nuevamente sin sentido y observando el final… donde quiero llegar,
camino camino camino… y siento un humo gigante tras de mi espalda… no quería
ver, pero la curiosidad de toda duda me hace poner mis ojos justo en ese infinito
gris que me persigue.
Entonces corro… nuevamente todo es hemostático.
Decido enfrentar. Me siento y una parte de mi ríe sin poder
parar, pero del lado oscuro llora sin cesar.
Olvide como llegue a ese lugar.
Olvide el nombre de mi cuerpo. Soy solo un reflejo de
emociones encontradas sin mesura en las andanzas de mis dos pies izquierdos que no se cansan de tropezar…
08/07/2012